Quantcast
Channel: Blog MUWOM » Compartir
Viewing all articles
Browse latest Browse all 163

Cariño, no soy yo. Eres tú

$
0
0

Bajuna matata para todos. Han terminado las vacaciones. A mí esto es algo que me inquieta, sí, y no tiene nada que ver con lo de la depresión postvacacional, sino con el terror de que mi vida de pareja se vaya al traste. Ya sabéis, esos detallitos que te hacen pasar del “cuelga tú primero, bollito” al “tú primero… que no quiero ni verte”. O del “yo más” al “tú más tonto cada día”. Estas cosas pasan, en serio. Yo lo veo todos los septiembres en el telediario. La gente se vuelve loca, así sin avisar. Resulta que según las estadísticas después de vacaciones a los humanos con pareja (de los que tienes muñecas hinchables y cactus no hablan) les entra la fiebre de las rupturas y los divorcios.

Canciones sobre desamor y ruptura hay miles. Another sunny day de los Belle and Sebastian, es preciosa y tiene una letra increíble: ”That crazy avenue of trees, I’m living there still..” Vaya, parace que el tipo no lo acaba de superar. Otro que tampoco lo lleva bien es Robert Smith en Pictures of you, ahí revisando sus fotos a todas horas. Mal, mal, fatal. También chiflante es Impossible de Shout out Louds, muy del fin del verano llegó y tu partirás, pero la elección no deja de ser un capricho. Suma Here is where the story ends, de The Sundays, algo más críptica, pero demoledora. Y no te olvides de los Smiths, hay muchas, pero yo elegiría I know is over, sin discusión (gracias Fer por ayudarme a recopilar). El tema es que pensaba en toda esa gente que está en ese doloroso proceso y he dicho, oye habría que marcarse un calendario con canciones de rupturas en condiciones, ¿no? Así que sí, usemos la música para superar el duelo (una vez más), pero sobre todo recordemos que detrás de cada ruptura hay una metamorfosis y que la soltería es un estado mental estupendísimo y la mar de sano.

1-ROMPER CON CLASE: Conseguir soltar el bombazo con clase es como el parto sin dolor, conceptos antagónicos. Sin embargo nos empeñamos en cumplir con el manual de la perfecta ruptura con frases como: “No eres tú, soy yo”, “Lo hago para que estés mejor” o la gloriosa “Es mejor que nos tomemos un tiempo”; no sé a dónde se va la gente durante ese tiempo pero debe estar por el triángulo de las Bermudas porque de ahí no regresa nadie. Las buenas maneras son un poco de corchopan, porque sabes que bajo esa sonrisa compasiva hay una bonita colección de recriminaciones. Escuchas bonitas mentiras mientras intentas descifrar qué significa la palabra amor y sólo se te viene a la cabeza la canción de León Benavente. Sea como sea, el caso es que tú sigues el sabio consejo de la Pantoja “dientes, dientes que es lo que les jode” y cumples con el ritual.

2- EL DÍA DE DESPUÉS: Te levantas eufórico. Libre. Dispuesto a volver a ser tú. Más guapo. Más listo. Con la tableta de chocolate más marcada. El subidón dura alrededor de 2 minutos y 10 segundos que es justo lo que tarda en sonar Blister in the Sun de The Violent Femmes. Después vuelves a la realidad. Y todo da un poco de miedo y todo parece que es más grande de lo que era hace unos días. Caes en una especie de dimensión desconocida, un poco gris a ratos y esperanzadora por momentos. ¿Y si me he equivocado? ¿Y qué voy a hacer ahora? Todo preguntas de gran calado que te preocupan, así que decides hacer algo con ello: ducharte y salir a trabajar. Sí, puede que hoy sea uno de esos días que hay que omitir en la biografía. ¿Y qué?

Mountain Goats – Woke Up New (Directed by Rian Johnson) from rcjohnso on Vimeo.

3- LA FIESTA DEL COLESTEROL:  Vale. Ha pasado una semana. Sólo recibes en el móvil mensajes de los de movistar y empiezas a considerar verdaderamente atractivo al jardinero sesentón que riega los setos de la Comunidad. Las bolas de polvo (¿de dónde salen esas bolas y por qué siempre hay alguna debajo de la cama?) ruedan por el salón como en una peli del Oeste y tú te dejas llevar con absoluta pasión y obscena entrega a la ingesta de: chocolatinas, pastel de chocolate, bombones de licor, chocolate con almendras (sí, del de Valor, el que nos promete felicidad sin fin), galletas de Príncipe y lacasitos. Todo eso mientras ves películas en blanco y negro y escuchas canciones románticas en la que tíos en smoking bailan alrededor de tu bañera. Es la semana del colesterol y de Madeleine Peyroux.

4- LA FAMILIA: Te apetece lo mismo que ponerte a limpiar la mugre del horno, pero tu familia y tus amigos te están preparando una semana de DIVERSIÓN A TOPE. Así que te armas de paciencia y aguantas los cafés, la obsesión de tu madre por comprarte lencería fina y un montón de salidas (de tono) que terminan siempre e irremediablemente con la pregunta: ¿Pero tú qué tal estás? Seguida de la respuesta: muy bien con okal. Escuchas sus cientos de consejos con cara de interés mientras te preguntas, cual Rodríguez en I Wonder, qué estará haciendo él, quién será la siguiente y qué pasa. Al final esa amiga de lengua viperina, que quiere que lo superes ya, te confiesa que lo que pasa es que ella se llama Claudia. Y que él es un cretino. Ampf.

5-LA LLAMADA DE PRUEBA: Un mes después de haber dicho si te he visto no me acuerdo, empieza a picar. A pensar que pasaría sí le llamo, pero igual le llamo y él me ha olvidado. O a lo mejor él no me llama porque cree que ya no me interesa. Parece complicado, pero no lo es tanto. Todas las respuestas se solucionan un sábado, a las 3 de la mañana. Tú llevas tu vieja camiseta de The Stone Roses para dormir y suena el móvil. Balbuceos. Tretas garrapiñadas. 10 copas de más. Al final como un golpe de luz intuyes que él estaba en ese preciso momento “lleno” de amor y que como mucho conseguirías una chapucilla. Así que recuerdas aquella tonadilla de Micah P. Hinson que dice “Sweetness, you can come home with me against all hope and sense of decency…”, te vienes arriba y le dices: ¡no, pero gracias por participar! Esa noche vuelves a dormir del tirón.

6- HOLA NUEVA VIDA: Ah, parecía que nunca iba a llegar, hasta que llega. Un día te levantas y todo está en su sitio. Mágicamente. No necesitas nada para sentirte mejor. Te olvidas del paracetamol, del lexatin, el nolotil y empiezas a pensar cosas tontas y chiquititas como: uy, tengo piernas qué bien (oye y qué bien puestas). Y claro, al final te enamoras de la vida. Del mundo. De los chicos que te sonríen en el autobús… y especialmente de todos los “eros”; carpinteros, bomberos, fruteros, panaderos, tenderos, cocineros y un montón más a los que poder conocer antes de encontrar al Big Man que necesitas (si es que necesitas uno). El mundo gira de nuevo, la catarsis se ha completado y has descubierto un montón de grupos nuevos y de canciones que seguramente no se te olvidarán en la vida. Pues mira, al final todo ha servido para algo.

 

Si te ha gustado esta noticia te invitamos a suscribirte a nuestro newsletter:

Registrarse para Suscriptores Blog MUWOM

The post Cariño, no soy yo. Eres tú appeared first on Blog MUWOM.


Viewing all articles
Browse latest Browse all 163